ATRAPA A UN LADRÓN |

– ¿Y el Halcón?
– Está roto.
– ¡Cómo que está roto!
– Era de porcelana.
– Eso ya lo sé, idiota.
– Iba en el asiento de atrás. Y al frenar…
– ¡Pero serás imbécil! ¿Cómo se te ocurre llevarlo suelto?
– No contábamos con la gallina.
– Repíteme lo de la gallina.
– No hay mucho que decir. Estaba ahí. Exactamente igual que ahora, en medio de la carretera.
– Haberla atropellado.
– ¿A la gallina?
– La que tienes en tu cerebro, imbécil.
– No se me pasó por la cabeza.
– De eso ya me doy cuenta. ¿Y Joe?
– Mirando la gallina.
– ¿Mirando qué?
– La gallina.
– ¿Y qué hace la gallina?
– Pues no lo sé. Creo que picotea algo. Maíz, parece.
– Pero si en esa zona no se cultiva maíz.
– Alguien lo habrá tirado. Igual fue el Maltés.
– ¿Qué Maltés?
– Al que le robamos el Halcón.
– ¡Joder! Menuda panda de idiotas. ¿Y ahora quién me va a pagar el coche?
– La gallina.
-¿Y tiene seguro?
– Ahora se lo pregunto.